En Canarias, una de las dificultades del campo no sólo es el agua y el poco suelo cultivable, en los últimos años, es la carencia de agricultores. Hemos degradado la actividad agraria en el plano económico y cultural, asociamos agricultura con esfuerzo físico, mal pagado y peor valorado, y, lo que es peor, la escuela, los medios de comunicación, no proponen dignificar el campo y los campesinos.
No es sólo un planteamiento de esfuerzo físico y contraprestación económica, tenemos numerosos deportes que te requieren esfuerzo y dan prestigio, sin embargo, los últimos acontecimientos con el Covid-19, salud y alimentos cargados de productos químicos, contaminación del aire y el agua, especies en vías extinción, dan lugar a otra lectura, aquí y ahora, las actividades agrarias se imponen por necesidad de supervivencia, ya que entramos en una contradicción, campo sin cultivar y los mayores índices de paro de todo el país. Los estómagos también nos hacen mirar para el campo.