La situación actual nos obliga a plantear la necesidad de asociar la agricultura con la población, máxime viviendo en este Archipiélago. Los temas energéticos y el cambio climático nos obligan a leer de otra manera la relación del hombre con el medio. En el plano teórico se habla de ‘huella de carbono’, ‘economía circular’ y ‘kilómetro cero’, pero no se habla de la presión demográfica ni de que no podemos autoabastecernos de cereales y otros productos de primera necesidad.
Sin embargo, sí podemos autoabastecernos de papas, hortalizas y de una gran parte de la demanda de fruta. Así, debemos corregir lo que ocurre con las papas, ya que es una contradicción económica y ambiental que tengamos zonas de gran capacidad para producir papas y forraje para el ganado que estén convertidas en un pastizal, con serio peligro para propagar los incendios.