Estamos cerca del 40 de mayo –el comienzo del verano– y los responsables ambientales de las cinco islas occidentales deben estar preocupados ante los temas de prevención de incendios ya que las herramientas que disponemos son muy limitadas.
Todos sabemos que el fuego se apaga en invierno, que en el presente caso ha sido bueno para el crecimiento de la vegetación y que nos deja una amplia masa vegetal, posiblemente la mayor que ha conocido el territorio canario en los últimos 400 años. Y decimos cuatrocientos con números y con letras, aunque no tenemos referencias del número de rumiantes en la piel del territorio en ese periodo.