sábado, 19 de febrero de 2022

LA OROTAVA: ¿EMBARDADA?


En pocos años hemos pasado de una sociedad rural en la que los conocimientos sobre el campo se trasmitían por la vía familiar a la urbanización de la cultura, separando y alejando a los niños del medio y de la naturaleza. El C.E.O Manuel de Falla en Barroso (La Orotava) es una excepción -junto con otro que hay en San Juan de La Rambla- donde se desarrolla el proyecto ‘Aula Etnografía el Pajar’, logrando vincular a los niños con los abuelos y los maestros. El colectivo de maestros ha hecho una labor extraordinaria durante varias décadas y, lo que es más importante, tenemos una continuidad, incluso con los maestros jubilados, como ocurre en el caso de Pablo Reyes. Se sigue sembrando compromiso e ilusiones con las nuevas generaciones, manteniendo vínculos con el entorno de los niños y también con los abuelos. Vaya desde aquí nuestra enhorabuena para todos ellos.


Es bueno que reflexionemos sobre el entorno ya que hace unas décadas el Valle de La Orotava fue el mayor emporio agrario de Canarias dada la superficie cultivada de plátanos, tomates en la zona baja y los cultivos de autoabastecimiento en las medianías. En los años cuarenta del siglo pasado se cultivaba más del 50% de los plátanos de Tenerife y las medianías eran un emporio agroganadero. Hoy en día nos queda una referencia de cultivos de regadío, plátano y aguacate y unas medianías con amplia superficie cubiertas por bardos de zarzas, helechera y rabo de gato. 

Hemos de destacar que en las medianías nos quedan unos focos positivos del ayer como es la Quesería de Benijos, en la Cooperativa de La Candelaria, formada por un grupo de pastores. Afortunadamente hay una continuidad con jóvenes vinculados al campo con ilusiones de vivir en el medio rural y del agro. Esto ocurre en un medio en el que las papas del año pasado no consiguieron un precio medio de 0,35 €/kg, necesitando tres o cuatro kilos de producción local para comprar un kilo de papas de semilla.

El Colegio de Barroso está haciendo surcos, vinculando a los niños con la tierra, la naturaleza y el medio ambiente y entendiendo con sus padres las dificultades que existen al vender los productos de aquí como el queso y las papas. Este año sembraron nueve variedades de papas de la tierra, implicando a varios cientos de niños en esta labor. Para ello utilizaron medios tradicionales con bestias y medios mecánicos. Es decir, tratan de vincular a los niños con el presente y el futuro de nuestra tierra.



Tenemos que destacar a este colectivo de profesores que han implicado los niños de varios cursos no solo con los agricultores sino también con agentes de extensión agraria de la zona y los responsables políticos en esta difícil lucha de dignificar el medio rural y vincular lo rural con lo urbano. Algunos agricultores han aportado papas de semilla y, sobre todo, conocimiento y voluntad de compromiso con el campo. Queremos insistir que el futuro del campo y de una sociedad más estable en lo social y lo ambiental pasa por la escuela. Es necesario crear esa vinculación con el medio ambiente, tocando la tierra con las manos y conociendo en primera persona las dificultades que impone la naturaleza y las herramientas que tenemos para domesticar el medio.

Tenemos que trabajar para hacer una sociedad más sostenible tanto en el plano social como el ambiental. Creo que esto debería ser una experiencia positiva para toda Canarias. Hay que seguir potenciando los logros que han conseguido este colectivo de maestros que están comprometidos con el medio y que han conseguido que los niños se encuentren con los maestros de la vida –“sus abuelos”- con los maestros administrativos. 

La sostenibilidad en Canarias demanda cientos de colegios como el Manuel de Falla. No solo hemos de tratar temas agrarios, ambientales y cívicos, sino que hay que hacer menos alegatos y establecer más compromisos económicos y sociales con los que hacer surcos. No debemos olvidar nuestra manera de vivir y, por supuesto, debemos potenciar un mayor compromiso con los que hacen surcos en esta tierra. ¿Para cuándo un precio justo para los agricultores por sus productos? ¿Para cuándo unas pensiones dignas para los campesinos? No tendremos campesinos con el actual modelo que hace que Canarias sea un vertedero de excedentes agrarios del mundo en una insularidad con los trabajadores que viven del medio rural y una separación brutal entre lo urbano y lo rural y no solo en renta sino también en cultura. 

Los que hemos tenido responsabilidades docentes, en muchos casos hemos desvinculado el territorio del trabajo y del medio, creando un mundo cargado de ‘espejismo de sueños consumista’ que nos hacen extranjeros en nuestra propia tierra, no solo devaluando el ayer sino, lo que es peor, emprendiendo un viaje sin rumbo. No hay viento a favor para un barco que no tiene puerto de destino y el equipo del Colegio Manuel de Falla es un faro que alumbra entre bardos de zarzas ante unos supuestos paraísos sin esfuerzo. Enhorabuena y muchas gracias. 


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