sábado, 17 de diciembre de 2022

PAPAS POR SURCOS Y AGUAS EN GRAMOS

La escuela y la vida nos han enseñado referencias de unidades para medir los bienes básicos como los alimentos (agua, leche, azúcar) y así tenemos un almud de trigo, un celemín, el almud de sembradera, una fanega de sembradura o un quintal de papas. Con el tiempo, aprendí que una fanega de La Gomera es diferente a la fanega de Tenerife, La Palma y Gran Canaria. Y que la fanegada de Lanzarote y Fuerteventura son muy diferentes, ya que aquí la semilla requería más espacio a la hora de sembrar. Es decir, la fanega de millo en La Gomera mide 166,66 m2; la fanega en las cinco islas occidentales son 5.000 m2 y en las dos orientales son 10.000 m2. Ahora habrá que establecer nuevas medidas ya que los caballos de los coches no demandan hierba sino litros de petróleo y su correspondiente precio en moneda corriente, aunque el estómago siga demandando cosas de antes que ahora no cultivamos.  

El agua y los alimentos siguen siendo básicos y no entienden de medidores en las ciudades. Ahora, con la desalación hablamos del campo y de kilovatio/hora y litros de petróleo, mientras que en el mundo rural seguimos con conceptos como las pipas, azadas, pipas por derecho o acción del pozo o la galería. 

Últimamente en La Palma hablamos de litros y gramos. Por lo general, la relación litro y gramos por hora, por derecho, se ha establecido en base al consumo por familia y día. Un litro y unos gramos por hora y el precio -bien de compra o de arrendamiento- se establece entre el accionista de la galería y el demandante de una vivienda, ya que los ayuntamientos, en muchos casos, no gestionan el servicio de aguas. 

¿Estamos entendiendo el problema? Estamos mercantilizando bienes limitados y, en consecuencia, la oferta no se puede estirar, por lo que tendremos problemas entre los demandantes de agua vía mercado con 50.000 o 60.000 euros la compra del derecho de un litro y unos gramos por minuto. Es decir, el dinero va a decidir quien tiene agua y quien tendrá agua para regar o agua para las piscinas. Eso ocurre en La Palma, que es supuestamente, la isla más rica en agua. 

Hay que hacer un planteamiento ambiental y social sobre el uso y las prioridades en las que el líquido elemento tenga una asignación. Hay que priorizar el consumo de la población local y las actividades agroganaderas y limitar los usos urbanos en el interior de la isla. A la población que gestione el sector servicios, debemos situarla con abastecimiento de agua desalada, pensando en el menor coste energético en la elevación. Los agricultores no pueden compartir precios de papas por surcos, agua para regar y agua para las piscinas. Eso es imposible. 

En la historia de Canarias, las papas han jugado un papel clave. Es un cultivo que se ha situado en las mejores tierras de los secanos de las islas, siendo prioritario en los secanos y jugando un papel secundario en los regadíos, con la excepción del sotavento de Tenerife (Ifonche, El Escobonal). La mayoría de los cultivos de papas se han producido en las zonas con aportes hídricos de los alisios, con importantes apoyos del mar de nubes y aporte de riego, sobre todo, en las zonas bajas en los meses de invierno -de enero y marzo- mientras que el resto de los cultivos en los barloventos de las islas son de secano entre marzo y julio.

La crisis agraria en las islas alcanza dimensiones preocupantes. Los precios a los que le han pagado a los agricultores el kilo de papas no llegan, en muchos casos, a 0,50 euros, mientras los costes de la semilla y los abonos químicos se han incrementado y están por encima de 1 euros el kilo de papas de semilla.

Hemos pasado de sembrar en la década de los años 70 y 80 del siglo pasado unas 15.000 has de papas a situarnos en menos de 4.000 has en 2021. Ahora apenas vemos campos con hectáreas sembradas de papas, reduciéndose los cultivos a una cultura familiar de unos surcos en la proximidad de la vivienda. Veamos las referencias de cultivo en 1980: 6.480 has de papas en Tenerife, 1.781 en Gran Canaria y 1.177 en La Palma, además de cultivos significativos en Lanzarote, La Gomera y El Hierro.

Cho Juan Perenal (la danza agrícola) y el Caribe pueden ser expresivos de lo que está pasando en Canarias. En 1983 los tres municipios del norte de La Palma sembraban más de 500 ha de papas: Garafía 235 ha, Los Sauces 185 ha y Barlovento 103 ha. Hoy no sembramos ni 100 ha y el mercadillo del agricultor de Barlovento constituye una exitosa sala de fiestas con música caribeña a 200 metros de los zarzales. 

Nos hemos modernizado y humanizado con bancos de alimentos que distribuyen varias toneladas mensuales, pero el mercadillo del agricultor, de agricultura solo tiene el nombre. ¿Es progresista convertir los mercadillos del agricultor en salas de fiestas con bancos de alimentos en la esquina? 

A Cho Juan Perenal lo echaron de Barlovento y de Canarias. Un servidor deja de escribir cada sábado, esperando que vuelva Cho Juan Perenal. 

Gracias a los lectores y al periódico “El Día” por dejar que me exprese libremente. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario