sábado, 23 de abril de 2022

BARLOVENTO, UN PLAN DE EMPLEO AGRARIO, ¿PARA CUÁNDO?


Todo lo que ocurra en Barlovento me motiva: aquí yacen los temas que han marcado mi vida vinculados con el campo y los campesinos. Ni que decir tiene que no solo hice surcos, planté y cuide algunos árboles en la época en la que mirábamos para las cabañuelas y el calendario zaragozano, pagando cuotas de galerías secas en unos campos huérfanos de lluvia y soñando con supuestos torrentes de agua.

Hoy hablamos de planes de empleo y de mejoras de los entornos agrarios con sueños urbano-turísticos. Aspiramos a supuestos trabajos en el sector servicios, pero no miramos para el campo ya que no se proponen ni ayudas ni planes de empleo para los que cultivan papas, tagasastes, manzanas, legumbres y cereales. Tampoco para los que limpian los cortafuegos, mejoran las pistas forestales y retiran los zarzales de los entornos de las zonas pobladas. Sin duda, es necesario fomentar el aprovechamiento del monte, ya que las ramas, estiércol, carbón, forraje sirve para el ganado.


¿Queremos incorporar jóvenes a la producción local? ¿Queremos papas, boniatos, cereal, millo, frijoles? No tenemos que estudiar en Oxford ni Harvard para hacer algo que hacían nuestros padres y abuelos. En Barlovento teníamos más de 1.000 vacas, cabras y ovejas y cultivábamos y sabíamos hacer carbón. Ahora, sin embargo, lo traemos de Argentina o el carbón de marabú del olvidado campo cubano. De esta parte de La Palma partieron muchos que cortaron zarzas aquí y arrancaron marabú en Cuba y ahora compramos carbón de allá. El viejo refrán cubano dice "Si tienes marabú en el conuco, búscate un isleño, y si no, deja el conuco" ... Y no le falta razón.

Los planes de desarrollo y empleo que no tengan en cuenta al campo son recetas de ficción inventadas por urbanitas aburridos detrás de un ordenador. No podemos tener alergia al sacho o la guataca para trabajar en aportar calorías a los estómagos. El campo no es un castigo sino un esfuerzo personal similar al que realizan los que cogen olas o hacen parapente, pero no da prestigio social, sino, más bien, lo contrario.

El momento que nos toca vivir debe hacernos entender que la producción de alimentos es algo básico, máxime en un territorio que tiene suelo fértil con los índices de humedad más ricos de Canarias. Cuando nuestro campo estaba en mejor situación, en el norte de La Palma sembrábamos 550 ha de papas que consumíamos e incluso exportábamos a las islas orientales. Actualmente no se cultiva ni el 10% de lo anterior, y estamos pendientes de importar papas de fuera.

Podemos hablar del plan extraordinario de empleo de Barlovento comprando escobas, sin hablar para nada de labrar, cultivar ni de hacer prevención de incendios forestales. En Garafía hemos tenido un caso donde un joven tuvo que vender hace unos días sus ovejas por falta de rentabilidad y dificultades burocráticas ante una competencia externa libre de aranceles. Se siguen perdiendo recursos para prevención de los incendios y para mantener la actividad económica y el empleo en nuestros pueblos.

Señores responsables políticos, los acontecimientos nos obligan a realizar otra lectura y aplicar otras recetas sobre el trabajo y la economía, sobre el futuro de Barlovento. Hablen con la experiencia, con la sabiduría de la vida; el supuesto modelo de desarrollo recogido en el plan extraordinario de empleo (P.E.E.) 2022, es pan para seis meses y hambre para después. Nuestro pueblo agradecerá que hagamos que una de las zonas con más suelo  cultivable de La Palma y de Canarias deje de ser el mayor matorral  de zarzas del archipiélago en el marco de la Canarias vaciada.

Trabajemos para lograr un pacto, entre los responsables de agricultura, y las empresas del sector primario -cooperativas agrícolas, supermercados y distribuidores-  garantizando los precios de coste a los agricultores, con un  precio mínimo que permita seguridad a los campesinos. Dispongamos lo mejor posible del dinero público para mejorar instalaciones necesarias para el campo, como la red viaria, las redes de riego, cámaras frigoríficas y una formación profesional adaptada a los nuevos tiempos.

Estas líneas quieren sumar a los que creemos que en Canarias y en muchos puntos del planeta los problemas culturales son las dificultades más serias para el futuro de la humanidad. “Se hace camino al andar”, decía Machado. Pongamos en marcha ya las medidas necesarias para recuperar nuestro campo. Hay capacidad y medios para desarrollar un proyecto de empleo en el que se sienten las bases para el futuro y la estabilidad en el sector primario. ¡Hay que intentarlo, señores! 

Creo que con contratos eventuales de seis meses y escobas no se desarrolla nuestra isla ni nuestros pueblos. Barlovento es uno de los municipios con más recursos materiales en suelo y agua de las islas. Contribuyamos a una sociedad más rica donde nuestros jóvenes trabajen en igualdad de oportunidades y vean nuestro campo como oportunidad y futuro, no como pobreza y atraso.

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